Es una finca que data del siglo XVIII, la cual formó parte del convento de las religiosas Capuchinas. Se inauguró como museo de la ciudad el 14 de febrero de 1992. En su acervo hay piezas y fotografías que cuentan la historia de Guadalajara, representada en salas que van del Siglo XVI hasta el siglo XX; además cuenta con salas de exposiciones temporales.