El paste sigue teniendo la trenza que los mineros utilizaban para asirlo y poder comerlo para después desecharla ya que la suciedad de las minas hacía imposible comer cualquier alimento sin que se contaminara. El visitante puede conocer la historia de este bocadillo en el Museo del Paste y a deleitarse disrfrutándolos en el restaurante "Pastes el portal" o si lo prefiere, probar un rico pan de pulque con nata casera.
